En su afán por sobrevivir -en un territorio donde únicamente unos cuantos son los privilegiados, queridos y apapachados de los gobiernos estatal y municipales-, don Bonifacio Cruz Santiago, viejo comunicador oaxaqueño y editor del Periódico “El Real, con poco más de 25 años de antigüedad, se fue a meter a “la boca del lobo” (ya no de “la loba” porque su compadre el antorchista Tolentino Román Bojórquez la traicionó y metió a la cárcel), y junto con su hijo, Alfonso Cruz Cruz, quien le auxiliaba en la jefatura de Redacción, iba a una entrevista con otro de los más temibles fraccionadores de la entidad, Raymundo Olivares Díaz.
Y decimos sobrevivir, porque al igual que una veintena de semanarios, quincenales, mensuales y hasta bimestrales medios de comunicación de esta marginada zona oriente, se niegan a morir, pese a que entre
Pero aún cuando unas de las armas principales empleadas por Comunicación Social estatal y municipales son la marginación y negativa al derecho a la subvención o partidas presupuestales de estas direcciones o coordinaciones, en las más de las veces utilizan a los propios comunicadores para acabar con el conglomerado periodístico y editorial del oriente mexiquense, mismos que se han prestado tentadora y “voluntariamente” a denostar, vilipendiar y malrrecomendar a estos pequeños medios, que en la realidad (lo diremos hasta el cansancio) son los que más leen los votantes de la zona, debido a que son repartidos gratuitamente y contienen información, denuncias y sinsabores de aquí mismo, de esta misma región, no zalamerías, adulaciones y lambisconerías como la mayoría de los “nacionales”.
Esto lo saben las organizaciones periodísticas y de defensa de los derechos nacionales y mundiales de este sector, por lo cual volvieron a enviar sus más enérgicas protestas y airadas inconformidades, tanto por la nula seguridad, como por la criminal desatención hacia este gremio –particularmente en este estado, en esta zona y en este país-, que mantienen a México como el primer lugar a nivel América y segundo, a nivel mundial de asesinato de periodistas, antecedido sólo por Irak, que de alguna manera es un país en guerra.
Los encargados de prensa y pomposamente llamados “coordinadores” y “directores” de Comunicación Social de las administraciones estatal y municipales, deben estar contentos, porque junto con otros “judas” del periodismo de esta entidad, están acabando con quienes por más de 20 y 30 años han vivido y sobrevivido de este oficio -hoy profesión-, y permitiendo que sólo se mantengan en circulación aquellos que cuentan con otras fuentes de ingresos muy ajenos al noble quehacer, como lo son en ocasiones el lavado de dinero, extorsión y cohecho a alcaldes y funcionarios públicos y/o arreglos en “lo oscurito” con autoridades para que únicamente las partidas de prensa lleguen a unos cuantos medios con su consabida “mochada” y discriminen a la mayoría de los locales y regionales.
Como consecuencia, conjeturamos que quien mató a don Boni y a su hijo, no fueron sólo las balas de los gatilleros pagados por los intereses insanos que abundan en el antorchista municipio de Chimalhuacán, sino todo este enredoso aparato de prensa que comanda en la zona un tal Juan Lázaro Marcos Santiago, sujeto corrido vergonzosamente de el Diario “El Universal”, traidor, de interrogante nacionalidad, rastrero y amenazador de alcaldes para colocar a gente sin oficio ni beneficio en puestos de prensa, desde donde comienza el bombardeo en contra de auténticos comunicadores para favorecer sólo a advenedizos, improvisados y oportunistas incondicionales de él.
Y sí ha de tener peso el tal lazarito en la política local, tanto que los alcaldes hacen lo que él les ordena, y si no que le pregunten a los de toda la zona oriente, que se cuadran ante éste más que a sus patrones del PRD. Cabe mencionar que el “galán” de “tortilleras” y “chimoltrufias” de Valle de Chalco, recibe órdenes del ex alcalde y diputado plurinominal Venancio Sánchez, hijo político del ex alcalde de Neza y hoy senador Héctor Bautista López, ese que puso a su hermano de alcalde y metió a la cárcel a su director de Seguridad Pública por sus presuntos nexos con el narcotráfico.
En fin en este medio se desenvuelve el rojillo de marras, que no decimos que él haya matado a Don Boni, pero sí ha tenido mucho que ver en la salida de circulación de muchos medios, afectando sobremanera la economía de familias que sobrevivían de lo que su jefe de familia obtenía de este ejercicio, algunos de los cuales hurgan entre lo que pueden para tratar de sacar a la luz sus modestos periódicos, teniendo para esto que meterse entre las fauces de dirigentes de dudosa probidad, como sucedió con Don Boni y su hijo. ¡Descansen en paz, víctimas de la ineptitud de autoridades y del resentimiento putrefacto que mueve al tal Lázaro Marcos Juan Santiago y anexas contra los editores de esta zona! ¡Ah!, por cierto, ya salió su hermano de la cárcel, enchiquerado por venta ilegal de terrenos. ¡Qué bonita familia!
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