viernes, 22 de febrero de 2008

Hostigamiento psicológico contra la familia de los periodistas asesinados, Bonifacio Cruz Santiago y su hijo, Alfonso Cruz Cruz

Nezahualcóyotl, Méx.- No hartos de haber sembrado el dolor, tanto entre familiares, como compañeros y amigos de los dos compañeros ultimados en el cumplimiento de su deber por desperdicios sociales como lo son todos los infiltrados en el caso, los hostigamientos de los “chacales” continúa sobre la familia, ahora de manera psicológica por teléfono, al que llaman y dejan hasta media hora sin pronunciar palabra alguna, tratando de amedrentar a los deudos.

Y esto es normal y denota el nerviosismo de los implicados en el artero asesinato, ya que no se imaginaba el liderzuelo de marras que esto iba a tener el impacto que ha tenido, a grado tal que se hace custodiar por un “ejército” de guaruras, policías uniformados y sin uniforme y hasta del diablo (del tamaño del miedo es la pistola), pues sabe que en cualquier momento lo pueden enchiquerar o venadear, ya que “el que a hierro mata…”.

Ese sujeto estaba muy confiado porque sentía que tenía a autoridades y gobernantes a su disposición, pero como el asunto ya rebasó las fronteras estatales y aún nacionales, se dice que ya ha comenzado a repartir dinero por donde puede para que el asunto pueda ya olvidarse (pobre iluso).

Si las autoridades estatales se niegan a investigar y a hacer justicia por tener compromisos con ese gangster, está el gobierno del presidente Felipe Calderón para hacerlo. También están la labor de diputados, de auténticos líderes sociales (no lacras), de periodistas del resto del país y del mundo para seguir insistiendo ante Derechos Humanos que no le tengan miedo al presunto autor intelectual y le echen guante, ya que hay mucha tela de donde cortar, como son órdenes de aprehensión y casi dos decenas de averiguaciones previas.

No les basta con todo lo que han robado, con todo lo que han defraudado, con todo lo que han lacerado a familias y de haber dejado en la orfandad a cuatro menores de edad, son sacos sin fondo, carentes de autocontrol y faltos de escrúpulos y educación, que por lo mismo, siguen queriendo tapar sus porquerías a toda costa intentándolo ahora de manera telefónica.

Esperamos los comunicadores y sociedad en general que el gobernador Enrique Peña Nieto actúe.

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